sábado, 2 de noviembre de 2024

MI   SINO


 El camino es incierto, la senda oscurece,

como fuego en el alma que nunca se apaga,
y el eco de voces que el viento estremece,
resuena en la bruma, me mira y me embriaga.
En mis venas se agita un dolor escondido,
como una serpiente que nunca se va.
Se enrosca y me deja sin rumbo, perdido,
sin más que mis pasos y esta soledad.
El susurro del viento es tenue lamento,
y el frío en mis huesos me hace dudar.
¿Será este mi sino, eterno tormento,
o acaso hallar puedo un rayo de paz?
A veces la luna me observa en silencio,
sus ojos de plata tan llenos de hiel.
Quisiera alcanzar su fulgor, su consuelo,
mas ella se aleja y me deja con él.
Así voy vagando entre sombras y sueños,
perdiendo en la niebla lo poco de mí.
Soy barro en un mundo de afanes pequeños,
y el alba me encuentra perdido aquí.
Si he de hallar un refugio en  vida o en muerte,
que venga el descanso, que venga la paz.
Mas si el viento se quiebra y rehúsa tenerme,
seguiré caminando, aunque duela, quizás.

Cada paso que doy, como espinas me hiere,
y las sombras susurran secretos de ayer.
Mis pensamientos son redes que el tiempo tejiere,
que atrapan mi alma y no puedo romper.
El camino es incierto, la senda oscurece,
como fuego en el alma que nunca se apaga,
y el eco de voces que el viento estremece,
resuena en la bruma, me mira y me embriaga.
En mis venas se agita un dolor escondido,
como una serpiente que nunca se va.
Se enrosca y me deja sin rumbo, perdido,
sin más que mis pasos y esta soledad.
El susurro del viento es tenue lamento,
y el frío en mis huesos me hace dudar.
¿Será este mi sino, eterno tormento,
o acaso hallar puedo un rayo de paz?
A veces la luna me observa en silencio,
sus ojos de plata tan llenos de hiel.
Quisiera alcanzar su fulgor, su consuelo,
mas ella se aleja y me deja con él.
Así voy vagando entre sombras y sueños,
perdiendo en la niebla lo poco de mí.
Soy barro en un mundo de afanes pequeños,
y el alba me encuentra perdido aquí.
Si he de hallar un refugio en  vida o en muerte,
que venga el descanso, que venga la paz.
Mas si el viento se quiebra y rehúsa tenerme,
seguiré caminando, aunque duela, quizás.
Y en este sendero sin fin, sin destino,
que marca en mis pasos la sombra y el sol,
llevaré entre mis manos el eco divino
de aquellos susurros que el viento tornó.

GIUSEPPE  + META AI