martes, 15 de noviembre de 2011

...Ecos...

Como turbulentos rios de tristezas, y sin memoria,
las mentiras se agitan en ese manto pleno de nostalgia,
sobre profundos ecos se oye el grito fuertemente,
potente y furioso, acusador y lleno de sabia reflexión.
...
Profusamente ese grito presagia tormenta,
deseperado y olvidado, desde hace siglos,
desde milenios, que nadie quiere escuchar.
...
Es, la voz de Dios, que se hace sentir
como un fuerte trueno en la vasta inmensidad.
...
La indeferencia es el mostrado escenario,
y la inconciencia humana llena y responde
con flagrantes gritos e imágenes duras,
incomprensibles e inmensamente inconexas
como tormentosos truenos en el cielo,
y rien todos, demostrando vana inseguridad,
haciendo caso omiso a aquella voz
tan segura y tan plena de autoridad...
A aquella, autoritaria y justa voz.

José Gennaro 2010