sábado, 12 de mayo de 2012

Crepúsculo


Así me siento yo en esta tarde gris,
como el triste sol del crepúsculo
y aquél árbol que apenas veo,
aquella gaviota volando entre las nubes 
y aquél río que corre sin saber por qué.
...
Su imagen se desdibuja y desaparece
entre las tenues sombras de la tarde,
entre el olvido y mi humo levanto la vista.
...
Desde mi ventana observo un caballo
con sus crines ondeando el aire
y corre y corre desafiando al viento
y cual veloz saeta al infinito llega.
...
Crece mas mi debilidad
y mas aún mi insaciable curiosidad
cuando asumo la actitud de fuerte y digo,
mas mi oído se niega, no quiere escuchar.
...
Otra vez el viento
con arcano y fuerte zumbido,
la extraña música del otoño
con ese opaco manto de sequedad,
murmura en mis oídos
toda esa bella tristeza del otoño.
...
Las hojas caídas son hermosas
como bellos los árboles sin ellas.
...
Las pequeñas luces de la ciudad
con incandescente brillo picotean
imperceptiblemente el horizonte,
como pájaros volando sin destino.
...
La leve y quieta monotonía,
inquietante y amarga inmovilidad
de todo lo que me rodea
oprime mi ser, mi cerebro
apretándome, con su débil fuerza.
...
El miedo agudiza mi incertidumbre
y la angustia se apodera de mi, 
con aspereza.
...
Silencioso Domingo expirando lentamente
como queriéndose ir quizás, para siempre.
...
Este ocaso que atrapó mi melancolía,
en esta tarde, este triste día.
...
El color blanco del frío
y el negro color del triste hastío,
la absurda queja de los enfermos
y la amarga noche de los que nada tienen,
la soledad de los que sufren
impactan con tristezas mi pensamiento
y pueblan mi mente de amarga soledad.
...
Así, no me siento con ganas de existir,
así y aquí, me siento solo,
tan solo, como si fuera único ser,
y el árbol, el caballo, el viento,
todo lo que me circunda y rodea...
También están solos...
Cuando estoy solo yo.

José Gennaro