Como dulce y tímida gacela
ví asomarte en esos dias
vida diste a mi alma entera...
Con sonrisas colmaste mi alegría.
Bellos tiempos allí, mi vieja Urquiza,
plenos dias, reflejaban tanto esnueño,
enteras tardes de luz y de sonrisas...
En esos dias, me sentí y fuí tu dueño.
Unir pudimos nuestros sueños,
con plenos lazos de ternura,
el mismo afán, el mismo empeño...
Amalgamar hicimos, nuestra locura.
Fuimos sol y dulce calma,
también fuimos sentimiento,
nido de amor en nuestras almas...
Fuego latente por los tiempos.
Instantes fugaces y bellos encuentros,
hermosas tardes de amor y pasión,
escuchar tu voz y decir te quiero...
Y fuiste abrasando mi corazón.
Primavera de dulces sueños,
aferrados tu y yo en el camino,
nunca dejé de ser tu dueño...
Y los dos en uno, mismo destino.
Atardeceres, de encanto y ternura,
despertabas mi alma a todo momento,
tan dulces frases y un alma tan pura...
De mi te adueñaste, y mi sentimiento.
José Gennaro
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