Así hubiera querido ser,
y no pude lograrlo,
quise convertirme y ser,
todo lo suyo, y todo para mi.
Sin embargo, a todo lo opuesto
me convertí y logré llegar.
Necio servil y sin fe,
lleno de absurdas actitudes,
todo eso me invadió
en esos tan amargos
y muy tristes momentos.
Esa absurda y falsa mentira,
se asemejaba al delito,
querer usurpar la vida,
encasillar el alma,
un debate necio y total
de mi mente y las ideas,
choque mezquino y fatal
tan lleno de posesión y descuido.
¿Por qué hice eso?
¿Por qué ese desafío?
Locura, locura mia,
vorágine de encuentro
entre mi ser y mi alma.
¿Por qué tanto arrebato?
Y en mi alma tanta furia,
y tantos desencuentros?
Tan sensible su pena,
tan tristes sus pensamientos
y tan llenos de tormentos.
Siempre llega tarde
el amargo arrepentimiento,
y aún mas tarde llega el sosiego.
Hoy, solo está latente
esa vaga idea de la dulce calma,
solo apenas y quizás,
una oportunidad lejana
podría ser mi única esperanza,
y esa dicha tan querida,
dicha al fin perdida.
José Gennaro
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